SAMIR
El día de mi cumpleaños se acercaba, esto que sería una gran noticia en cualquier otra situación no lo era en absoluto en esta, pues cumpliría 18 años en un par de meses, lo que significaría que tendría que participar en la guerra de mi país, y yo no quería para nada aquello.Había visto montones de fotos de mis amigos y hermanos mayores con ropa militar y con armas, aunque llevo mucho tiempo sin verlos, sé que estar en el ejército les ha cambiado, sus miradas en las fotos eran muy diferentes, la de idea de tener que quitar una vida para no perder la mía era algo que me aterrorizaba, no podía soportar la mirada triste de mis padres que sabían que otro hijo suyo pronto debía marcharse para entrar en una guerra civil una guerra que enfrenta a hermanos contra hermanos y a amigos contra amigos.No yo no quería , no podía participar en esa guerra, yo solo quería un mejor futuro para mi familia y para mí mismo, había oído que esto era posible si entraba en Europa, en Alemania, había escuchado tanto casos de gente que lo consiguió, como de gente que no pudo atravesar las fronteras, pensé que merecía la pena correr el riesgo.
Empecé a planear el viaje lo más rápido posible junto con otros compatriotas de diversas edades, la ruta más factible era llegar a Turquía para intentar montar en un barco que nos pudiese llevar a Argelia, para desde ahí cruzar a Marruecos y entrar en España a través de Melilla, por supuesto esto no era gratis necesitamos reunir provisiones y todo el dinero posible de los ahorros de los participantes de este largo viaje, lo suficiente para pagar al capitán de un barco turco de mercancías para que nos dejase viajar entre sus mercancías,y para comprar suministros puntuales. No teníamos visado, no podíamos entrar en los países como si nada, tuvimos que escabullirnos por cada frontera el grupo que partió de Siria era cada vez más pequeño, pero por fin llegamos a Marruecos y teníamos en frente un difícil paso de todo este viaje conseguir entrar Melilla, en España, en Europa.
Un esperado día cuando el Sol ya había caído el grupo de refugiados intentamos saltar la valla portando gruesas mantas para evitar cortarnos con el alambre de espino de las vallas, teníamos muchas dudas de conseguir saltar, no queríamos formar parte de las llamadas devoluciones en caliente. Finalmente estábamos dentro cada uno corrió en una diferente dirección para llamar menos la atención, estaba agotado por el gran viaje pero a la vez pensaba lo he conseguido, estoy en España, cuando me encontraron me llevaron a un albergue donde había personas de diferentes nacionalidades casi todos africanos.
Pasaban los días y yo seguía esperando a que un día me dejaran pasar que pusieran en regla todos mis datos pero ese día nunca llegó.
Llevo más de 11 meses aquí cada día vea más alejada la posibilidad de entrar en Europa, ya tengo 18 años y he evitado la guerra pero no puedo dejar de pensar en mi familia, en si siguen vivos, y si lo están si viven en pobreza esperando un flujo de dinero desde Alemania, el que se suponía que yo debía darles, por el que se gastaron parte de sus ahorros, estoy harto de no hacer, nada harto de esperar, harto de las miradas de la gente.
Análisis narrativo:
Narrador: 1ª persona, participa como protagonista.
Personajes: Samir, protagonista, redondo.
Espacio: Siria y norte africano.
Tiempo: Externo: Actualidad.
Interno: Contiene una retrospección o flasback.
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