Venus y Marte.
Este en el que se puede apreciar a la diosa Venus (conocida como Afrodita para los griegos)
y a Marte ( Ares para los griegos) en primer plano, tumbados en una posición relajada, fue pintado por el pintor italiano Sandro Botticelli en 1483, el cuadro es una pintura al temple y al óleo mide 69 cm de alto 173 cm de ancho. Se cree que fue encargado para la boda de uno de los miembros de la familia Vespucci, y puesto por su formato apaisado y trata sobre todo el tema del amor se cree que está diseñado para adornar el dormitorio de los desposados.
Meintras que Venus se encuentra vestida en su totalidad, el dios de la guerra se encuentra totalmente desnudo salvo por una sábana que cubre sus partes más pudorosas, En la parte más posterior del cuadro se encuentran tres pequeños sátiros que juegan con las armas del dios de la guerra y en la parte inferior derecha se halla otro pequeño sátiro dentro de la armadura cubierta con la roja capa de Marte sobra la que éste se encuentra dormido. Mientras la diosa del amor lo observa con mirada compasiva. Toda esta escena se desenvuelve en lo que parece ser por la vegetación a ambos lados del cuadro, el claro de un bosque. Toda la pintura tiene unos colores muy vivos y destaca la luz y la claridad.
Sin posibilidad de duda se aprecia claramente tanto por la posición complacida de Marte y el hecho de que haya sátiros, semibestia que representa la lujuria por todas partes del cuadro, que ambas divinidades han consumado su mutuo amor, y que este proceso ha dejado mucho mas agotado y satisfecho al violento dios Marte que a la propia diosa del amor, lo que sugiere un trasfondo ideológico donde el artista, en este caso Botticelli podría estar sugiriendo que el amor es más poderoso que la guerra y la fuerza bruta, aunque también podría tratarse simplemente de una escena que ilustra el amor que se procesan estas dos divinidades, lo que es un tema excelente y si lo que se buscaba era un cuadro que adornase los aposentos. Tan es el grado de satisfacción de Marte gracias a la diosa del amor que nada parece perturbar su sueño, ni los traviesos sátiros, ni las avispas que rondan su cabeza, y que no tienen mayor significado que el de el apellido de la casa que encargo el cuadro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario